dissabte, 18 de gener del 2020

Y nada fué un error


Suevamente y sin errores.
Viendo la vida al pasar
por las calles del viejo bulevar.
Una más uno dos, y dos
más dos cuatro y sin restos.
No más de dos son multitud,
pero menos de dos si es tristeza.
Saber donde estas y con quien,
y poder caminar desde la distancia
juntos para revolverse para buscar
los deseos ocultos en la mirada del pasado
con reflejos pasteles de futuro,
caminando siempre detrás de los sueños.
Porque los sueños no solo son sueños.
Son la mirada al futuro eterno,
con el presente por bandera
y sin olvidar el pasado vivido.
Y que las caricias fuertes mutuas,
sean la bandera de los cuerpos que se desean.  
Y nada de esto fue un error.
Atada a mi mente y a mi cuerpo.

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