Busca en el
mar de los ancestros
la imagen
que se pierde en la soledad
de aquellos
sueños insurgentes
del deseo
desgarrado de la existencia
de la
ventana abierta al sol.
Romper la
distancia que nos separa soñando.
Y sé soñar
con que mis manos rodean tu cuerpo
y mi lengua
abre tu boca penetrando, mar adentro,
allá donde
se esconde el deseo de los amantes
que siente
el deseo del espacio y del tiempo.
No rasguemos
más telas ni rompamos deseos.
Quitemos despacio
las velas que esconde los cuerpos
desesperados y mojados por la magia del deseo
de
permanecer, yo adentro, tu abierta a los vientos.