Seré todo
para ti
y que el
tiempo se pare
de una vez
por todas, a tu lado.
Porque contigo
no hay más
espacio
que el que
nos separa
cuando nos
abrazamos.
Daré todo
por ti
y envejeceré
a tu lado
como el buen
vino,
mejorando
con el paso de los años.
Y te recogeré
en mis brazos
y tú me
recogerás en los tuyos
para poder
sentirnos amados
entre el
fuego de los enamorados
que jugamos
cada día con la mente
y también
con las manos.
Y nuestros
cuerpos se funden allá
donde se
mojan nuestros adentros,
donde el
fuego quema
y moja al
mismo tiempo.
Allá donde
la luz violeta
enarbola las
banderas de la pasión
y donde,
poco a poco, paso a paso,
se quema
nuestro corazón
entre las
brumas blancas del infierno
y la blanca
luz clara del cielo.
Donde crece
la fruta del enamoramiento.