para empezar
de nuevo
en el país
de las sonrisas.
Nunca es tarde
para
compartir abrazos,
y besos y
caricias.
Nunca es
tarde
para que el
Sol y la Luna
compartan
nuestras vidas.
Nunca es
tarde
para que el
mar moje
nuestras
rodillas
que para
mojar más arriba,
nuestra
mente es divina.
Nunca es
tiempo
de perder
tiempo
de recuperar
en tu cara
esa mirada
penetrante
y esa
sonrisa inmensa
cuando mis
brazos te rodean
y de tus
labios sale
un “te amo” tan
grande
que me llena
aún más de vida.