Vuelo alto.
Allá donde el cielo se estremece
y pierde el gris solemne.
Donde las aves vuelan
de forma pausada
y donde las estrellas iluminan
los luceros de tu mirada.
Vivo allá donde el camino no es fácil
pero donde las montañas tienen
un verde anaranjado
que se llena de luz cuando llueve,
pero que el sol engrandece.
Vivo donde el deseo se llama deseo
sin tener que usar otras palabras.
Y el placer es placer sin más.
Donde tus labios llaman a mis labios
y nuestras lenguas se mezclan
para dejar paso a las manos
que te acarician con deseos
y buscan entre tus piernas.
Vivo allá donde el placer por placer
se une a los sentimientos
y donde las gaviotas vuelan
hacia donde sopla el viento
para llegar donde tus entrañas
mojan y empapan mis dedos
y donde la luz es nuestro mejor sustento.
Vuelo hasta donde habita el placer eterno.
Y allí anidaré contigo, juntos pero sin silencios,
con gemidos de placer
que salen de los sentimientos más profundos
que esconden nuestros cuerpos
y donde los corazones laten al unísono
como música que crece al viento.