He cerrado
los ojos
de forma
extraña,
y me he
encontrado
con la mejor
de tus sonrisas.
Esa que,
desde lejos
ya lo ves venir,
te llega
directamente al alma.
Esa sonrisa
que te llena
la cara de
felicidad controlada
y que hace
que los demás
soñemos con
recuperar la.
Sonreír por
encima del bien y del mal
solo para
buscar el pecado original.
Sonreír para
satisfacer
esos deseos
que nos unen
aunque el
eterno mar nos separe.
Buscar esa
sonrisa
entre mis
pensamientos
y, de verdad
de la buena,
vivir para
volver a encontrarla.