Nervios a flor de piel.
Queda mucho menos
para redescubrir tu cuerpo
y disfrutar con ganas
de cada milímetro de tu piel.
Un momento tan deseado,
que no respetaremos,
ni por un instante, el
distanciamiento.
Ya hemos estado bastante separados,
durante tanto tiempo.
No hay mejor ni mayor deseo
que reinventar el brillo de tus ojos
clavados en mis pupilas
y sentir como tu mirada me acaricia
al ritmo que mis dedos toquen tus mejillas.
Y sonreírle al mundo del placer que se avecina.
Sembrar de alegrías los chorros de la vida
con la energía de los que se aman,
de noche y de día,
juntos o en la distancia
pero pidiendo vivir la vida.
Nervios con mariposas en el estomago
que quiero revivir cada día,
a tu lado y con ganas
de ser felices de por vida.