dissabte, 31 d’octubre del 2015

Y sé que cada vez queda menos



Pasan los días y las horas
y el tiempo no se revierte en sí mismo.
El precipicio es una realidad, extraña,
pero que se acerca de forma irremediable.
Cruzo el rio, y está seco,
las lágrimas borraron como con salitre,
toda muestra de agua y humedad.
Los caminos se han llenado de vegetación
y ya no se cual es el bueno a seguir.
Los ríos no son ríos
y los caminos no nos sirven de guía.
El sol se va apagando
y las lagrimas de mis ojos son tan secas
como ha quedado el lecho del rio.
Ya no hay color ni humor
ni esperanza de sobrevivir al averno.
Solamente pasa el tiempo.
Y sé que cada vez queda menos.